Correr o caminar, ¿cuál es mejor?

Dos de nuestros grandes aliados contra el sedentarismo están claros: correr o caminar. Pero, ¿cuál de ellos me aporta más beneficios? Esta es la cuestión y hoy vamos a intentar darle respuesta.

“Hoy han saltado todas las alarmas. La báscula no engaña. Toca ponerse las pilas y hacer algo. Y además, mi médico, no deja de insistir que me mueva, que llevar una vida sedentaria como la mía no es bueno para mi salud. Pero es que mi día a día no parece dejarme espacio para nada más: de casa al coche, del coche a la oficina, de la oficina al coche y del coche a casa. Y en lo que a la comida se refiere… más de lo mismo.”

¡Basta de excusas! De buenas a primeras, voy a hacer dos cambios importantes en mi vida: por un lado me voy a centrar en una alimentación sana y equilibrada y por otro lado voy a empezar a hacer ejercicio, dos pilares para romper con el sedentarismo y todo lo negativo que conlleva para mi salud.

Aunque lo de la alimentación lo tengo claro y sé por donde empezar, en lo que a ejercicio se refiere tengo mis dudas. Por mi situación personal, según con quien hable, el consejo que me dan es correr o caminar. E incluso en algunos casos hasta me dicen… ¡ambas a la vez!”

¿Te suena de algo esta situación? Pues vamos a darle respuesta o, al menos, a intentarlo.

¿Correr o caminar? ¿Duda existencial?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar al menos 150 minutos de ejercicio físico de intensidad moderada a la semana, o lo que es lo mismo, algo más de 20 minutos al día. Con ello podemos luchar de manera clara contra problemas de sobrepeso y cardiovasculares e incluso contra patologías como el cáncer, la diabetes o la depresión.

Con estas premisas, tanto el correr o caminar se ajusta a las premisas que nos da la OMS. Pero vista la fiebre que hay en estos últimos tiempos por el ejercicio, y en particular por el running, es normal que haya dudas a la hora de decidirnos por estas dos opciones que os indicamos.

De buenas a primeras os diremos que decidirte por correr o caminar dependerá directamente de aquellos aspectos de la salud que queramos cuidar, jugando también en esta decisión un papel muy importante nuestro estado físico, nuestras condiciones de salud y, como no podía ser de otra manera, nuestras preferencias y gustos personales.

Comparativa entre caminar o correr

En un estudio realizado por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de California (EE.UU.) se demuestra que caminar o correr son igualmente beneficiosos para nuestra salud cardiovascular siempre que en ambos casos la distancia recorrida o la energía consumida sea aproximadamente la misma. En el caso de la diabetes ocurre algo parecido, aunque en cuadros de hipertensión o colesterol caminar reporta más beneficios que correr.

Analizando el caso particular de personas con sobrepeso asociado a una vida sedentaria -el ejemplo con el que hemos arrancado este artículo- lo recomendable en un primer momento es decantarse por caminar hasta mejorar el estado físico lo suficiente. Sólo entonces podríamos plantearnos pasar al siguiente nivel que es el de trotar. De esta manera iremos aumentando nuestro ritmo de una manera progresiva.

Es importante destacar en este punto que para obtener el máximo beneficio cardiovascular del ejercicio que realicemos debemos movernos alrededor del 65-75% de nuestras pulsaciones máximas. Por tanto, si optamos por caminar deberemos hacerlo a un ritmo bastante ágil como para activar convenientemente nuestro sistema cardiorespiratorio. En el caso de optar por correr, llegar a este umbral de pulsaciones es mucho más rápido y sencillo.

Pero el concepto de salud va mucho más allá de todo lo expuesto, por lo que debemos cuidar de igual manera otras partes de nuestro cuerpo. Estamos hablando de las articulaciones, especialmente de las rodillas. Para estas partes de nuestra anatomía, el caminar es mucho más recomendable y amable, sobre todo si adolecemos de sobrepeso. En estos casos correr aumenta el riesgo de padecer artrosis con el tiempo.

Otro aspecto a tener en cuenta son las mejoras anímicas que nos provoca el ejercicio. Correr o caminar son igual de recomendables por los beneficios que nos proporcionan a nivel de rendimiento intelectual, preserva de la memoria y reducción del riesgo de ictus o de alzheimer. Pero correr proporciona un extra sobre el caminar. Una actividad física intensa y prolongada (al menos 45 minutos) como correr genera una sensación de bienestar psicológico (la euforia del corredor) que con el caminar sería imposible conseguir. Es por decirlo de alguna manera más simple, un antidepresivo muy potente.

Con todo lo dicho, no sabemos si la duda sobre correr o caminar la habremos resuelto. Al menos esperamos haberos hecho ver que cualquiera de las dos opciones son perfectas para mejorar nuestra salud e infinitamente mejores que llevar una vida sedentaria.

Fuente: Deportes y Bienestar

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