GETTY IMAGES<\/span><\/span><\/figure>\nLas tomaron de su cuerpo poco antes de que muriera.<\/span><\/p>\nHan estado creciendo y multiplic\u00e1ndose desde entonces.<\/span><\/p>\nHoy en d\u00eda hay billones de estas c\u00e9lulas en laboratorios de todo el mundo.<\/span><\/p>\n\u00a0<\/span><\/div>\n\n
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\u00a0<\/span><\/div>\nNo hay c\u00f3mo saber cu\u00e1ntas c\u00e9lulas de Henrietta hay. Un cient\u00edfico estima que juntas pesar\u00edan 50 millones de toneladas m\u00e9tricas, algo inconcebibile, pues cada una pesa casi nada\u00bb<\/span><\/p>\nRebecca Skloot, autora de \u00abLa vida inmortal de Henrietta Lacks\u00bb.<\/span><\/div>\n<\/div>\nGETTY<\/span><\/div>\n<\/div>\n<\/div>\nSin embargo, nadie le pidi\u00f3 permiso ni a ella ni <\/strong>a alg\u00fan<\/strong> familia<\/strong>r<\/strong> para usarlas<\/strong> y su familia tuvo que luchar varios a\u00f1os por sus derechos.<\/span><\/p>\nElla y los cient\u00edficos<\/span><\/h2>\nEn 1860, el due\u00f1o de una plantaci\u00f3n en Virginia llamado Benjam\u00edn Lacks escogi\u00f3 una amante negra entre sus trabajadores. Tuvieron dos hijos que llevaron su apellido y durante tres generaciones la familia Lacks trabaj\u00f3 en el campo.<\/span><\/p>\nEn 1942, Henrietta Lacks decidi\u00f3 mudarse a la ciudad, as\u00ed que se llev\u00f3 a su esposo -el bisnieto de Benjam\u00edn- y su familia a Baltimore: en tiempos de guerra hab\u00eda trabajo<\/strong>.<\/span><\/p>\nDerechos de autor de la imagen<\/span>SCIENCE PHOTO LIBRARY<\/span><\/span>Image caption<\/span>Hab\u00eda nacido en 1920. En 1951, ten\u00eda 5 hijos.<\/span><\/span><\/figcaption><\/figure>\nA 10 kil\u00f3metros de donde viv\u00eda Henrietta estaba el laboratorio del doctor George Gey, cuya ambici\u00f3n era librar al mundo del c\u00e1ncer<\/strong>.<\/span><\/p>\nEstaba convencido de que encontrar\u00eda la clave para hacerlo dentro de las c\u00e9lulas humanas.<\/span><\/p>\nDurante 30 a\u00f1os hab\u00eda estado tratando de cultivar c\u00e9lulas de c\u00e1ncer en el laboratorio.<\/span><\/p>\nPara ello mezclaba tejidos cancerosos con sangre de corazones de gallinas vivas, con la esperanza de que esas c\u00e9lulas enfermas vivieran y se reprodujeran para poder estudiarlas fuera del cuerpo.<\/span><\/p>\nPero siempre mor\u00edan<\/strong>.<\/span><\/p>\n <\/span>Image caption<\/span>Por m\u00e1s que lo intentaba, el doctor Gey no lograba mantener vivas las c\u00e9lulas de c\u00e1ncer.<\/span><\/span><\/figcaption><\/figure>\nEl 1\u00ba de febrero de 1951 Henrietta Lacks fue llevada al hospital John Hopkins.<\/span><\/p>\n\u00abNunca hab\u00eda visto algo similar, ni lo he vuelto a ver jam\u00e1s\u00bb, le dijo en 1997 Howard Jones, el ginec\u00f3logo que la examin\u00f3, a Adam Curtis de la BBC.<\/span><\/p>\n\u00abEra un tipo muy especial de lo que result\u00f3 ser un tumor<\/strong>\u00ab.<\/span><\/p>\n\u00abSu historia era muy simple: hab\u00eda estado sangrando entre menstruaciones y ten\u00eda dolor abdominal, lo que no necesariamente es se\u00f1al de c\u00e1ncer\u00bb, recuerda el doctor.<\/span><\/p>\n\u00abCuando examin\u00e9 el c\u00e9rvix me sorprend\u00ed pues no era un tumor normal. Era p\u00farpura y sangraba muy f\u00e1cilmente al tocarlo\u00bb.<\/span><\/p>\n <\/span>Image caption<\/span>La salud de Henrietta era buena, aparte del extra\u00f1o tumor.<\/span><\/span><\/figcaption><\/figure>\nEl tumor no respondi\u00f3 bien al tratamiento y Henrietta Lacks <\/strong>muri\u00f3 de c\u00e1ncer cervical<\/strong> en octubre de 1951, cuando ten\u00eda apenas 31 a\u00f1os de edad.<\/span><\/p>\nSu familia la enterr\u00f3 cerca de las ruinas de la casa donde naci\u00f3.<\/span><\/p>\nY la ciencia la olvid\u00f3.<\/span><\/p>\nPero parte de ella se volvi\u00f3 famosa<\/span><\/h2>\nLas c\u00e9lulas de parte de su tumor fueron retenidas en la unidad de c\u00e1ncer del hospital pues Gey hab\u00eda descubierto que \u00e9stas pod\u00edan cultivarse en el laboratorio indefinidamente.<\/span><\/p>\nEra lo que hab\u00eda buscado por tantos a\u00f1os.<\/span><\/p>\nHasta le<\/strong>s<\/strong> dio un nombre: la l\u00ednea celular <\/strong>HeLa<\/strong>, por las dos iniciales del nombre y apellido de Henrietta Lack.<\/span><\/p>\n\u00abEn cuesti\u00f3n de horas, las HeLa se multiplicaban prol\u00edficamente\u00bb, dice John Burn, profesor de Gen\u00e9tica de la Universidad de Newcastle, Reino Unido.<\/span><\/p>\nDerechos de autor de la imagen<\/span>SCIENCE PHOTO LIBRARY<\/span><\/span>Image caption<\/span>Las c\u00e9lulas HeLa se difundieron por los laboratorios del mundo.<\/span><\/span><\/figcaption><\/figure>\nEfectivamente, las c\u00e9lulas de Henrietta reproduc\u00edan una generaci\u00f3n entera en 24 horas, y nunca dejaban de hacerlo.<\/span><\/p>\nFueron las primeras c\u00e9lulas humanas inmortales que crecieron en un laboratorio<\/strong>.<\/span><\/p>\nDe hecho, han vivido m\u00e1s tiempo fuera que dentro del cuerpo de Henrietta.<\/span><\/p>\n\u00bfPor qu\u00e9 son tan importantes?<\/span><\/h2>\n\u00abHay muchas situaciones en las que necesitamos estudiar tejidos o pat\u00f3genos en el laboratorio\u00bb, dice Burn.<\/span><\/p>\n\u00abEl ejemplo m\u00e1s cl\u00e1sico es la vacuna de polio. Para desarrollarla era necesario que el virus creciera en el laboratorio y para eso se requer\u00edan c\u00e9lulas humanas\u00bb.<\/span><\/p>\nLas c\u00e9lulas HeLa resultaron ser perfectas para ese experimento y la vacuna salv\u00f3 a millones de personas.<\/span><\/p>\nDerechos de autor de la imagen<\/span>GETTY IMAGES<\/span><\/span>Image caption<\/span>La poliomielitis no tiene cura, pero si se puede prevenir. Un esfuerzo global para erradicarla ha logrado una reducci\u00f3n impresionante: de unos 350.000 casos estimados en 1988 a 42 casos en 2016.<\/span><\/span><\/figcaption><\/figure>\nLas HeLa se hicieron mundialmente famosas<\/strong>.<\/span><\/p>\nPor primera vez cualquier cosa pod\u00eda probarse en c\u00e9lulas humanas vivas.<\/span><\/p>\nNo s\u00f3lo permitieron el desarrollo de una vacuna contra el polio e incontables tratamientos m\u00e9dicos sino que hasta viajaron al espacio exterior<\/strong> en las primeras misiones espaciales, para que los cient\u00edficos pudieran anticipar qu\u00e9 le pasar\u00eda a la carne humana en gravedad 0.<\/span><\/p>\nEl ej\u00e9rcito de EE.UU. puso grandes frascos de c\u00e9lulas HeLa en lugares en los que hac\u00edan experimentos at\u00f3micos<\/strong>.<\/span><\/p>\nAdem\u00e1s, fueron las primeras en ser compradas, vendidas, empacadas y enviadas a millones de laboratorios de todo el mundo, algunos de ellos dedicados a experimentar con cosm\u00e9ticos, <\/strong>para asegurarse de que sus productos no causaban efectos secundarios indeseados.<\/span><\/p>\nEn resumen, muchos han ganado billones de d\u00f3lares con bienes que han sido probados en las c\u00e9lulas HeLa.<\/span><\/p>\nTodo, sin que la familia de Henrietta Lacks lo supiera<\/strong><\/span><\/p>\n\u00abEn los a\u00f1os 40 y 50 se consideraba a los tumores o tejidos que se retiraban en una operaci\u00f3n como ‘abandonados’, as\u00ed que no no era claro que era necesario pedir permiso para usarlo en investigaci\u00f3n que fuera m\u00e1s all\u00e1 del cuidado del due\u00f1o\u00bb, explica Burn.<\/span><\/p>\nDerechos de autor de la imagen<\/span>GETTY IMAGES<\/span><\/span>Image caption<\/span>Para muchos expertos, el hallazgo de c\u00e9lulas HeLa como \u00e9sta es una de las cosas m\u00e1s importantes que le ha sucedido a la ciencia.<\/span><\/span><\/figcaption><\/figure>\nNo fue sino hasta 1973 que la familia Lacks se enter\u00f3 por primera vez de que las c\u00e9lulas de Henrietta todav\u00eda estaban vivas.<\/span><\/p>\nUn equipo de geneticistas los busc\u00f3 para examinar su ADN, pues hab\u00edan surgido la teor\u00eda de que la cura del c\u00e1ncer pod\u00eda estar en la manipulaci\u00f3n de los genes.<\/span><\/p>\nEncontraron a su esposo y cuatro hijos, quienes segu\u00edan viviendo en Baltimore.<\/span><\/p>\nLo que se dio fue un choque de culturas, seg\u00fan le cont\u00f3 al Smithsonian Rebecca Skloot cuando public\u00f3 su libro \u00abLa vida inmortal de Henrietta Lacks\u00bb.<\/span><\/p>\n\u00abUn d\u00eda un investigador de postdoctorado llam\u00f3 al esposo de Henrietta, quien no hab\u00eda terminado la escuela y no sab\u00eda qu\u00e9 era una c\u00e9lula\u00bb.<\/span><\/p>\nLo que el marido de Henrietta entendi\u00f3 fue<\/strong>:<\/span><\/p>\n\u00a0<\/span><\/div>\n\n
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\u00a0<\/span><\/div>\nTenemos a su esposa. Est\u00e1 viva en un laboratorio. La hemos usado en investigaciones durante 25 a\u00f1os. Ahora queremos examinar a sus hijos a ver si tienen c\u00e1ncer\u00bb<\/span><\/p>\n\u00a0<\/span><\/div>\n<\/div>\nGETTY<\/span><\/div>\n<\/div>\n<\/div>\nY sus hijos…<\/span><\/p>\n\u00abTomaron muestras de sangre de todos los hijos de mi madre y nos dijeron que quer\u00edan ver si lo que mi mam\u00e1 ten\u00eda era hereditario\u00bb, le dijo David Lacks Jnr. a la BBC en 1997.<\/span><\/p>\nBobbette Lacks, nuera de Henrietta, qued\u00f3 anonadada: \u00abLe dije: ‘\u00bfEst\u00e1n trabajando con las c\u00e9lulas de Henrietta?’, y contest\u00f3: ‘S\u00ed, sus c\u00e9lulas todav\u00eda est\u00e1n vivas’. Me qued\u00e9 con la boca abierta<\/strong>. Y \u00e9l me dijo que hab\u00edan estado trabajando con ellas durante a\u00f1os\u00bb.<\/span><\/p>\n\u00a0<\/span><\/div>\n\n
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\u00a0<\/span><\/div>\nNunca supimos… Es aterrador cuando lo piensas: \u00bfcu\u00e1nto de nosotros est\u00e1 all\u00e1 afuera?<\/span><\/p>\nDeborah Lacks, hija de Henrietta, hablando con la BBC en 1997<\/span><\/div>\n<\/div>\n<\/div>\n<\/div>\nEntre tanto, las HeLa se vend\u00edan en enormes cantidades y por cifras millonarias.<\/span><\/p>\n\u00abLos cient\u00edficos les dijeron a los capitalistas: ‘tenemos una tecnolog\u00eda que nos permitir\u00e1 curar el c\u00e1ncer’. Era m\u00e1s que esperanza; era una creencia, y eso favoreci\u00f3 a la industria de la biotecnolog\u00eda\u00bb, explic\u00f3 Kirk Raab, presidente de Genentech entre 1985 y 1995.<\/span><\/p>\n\u00abSi fuera posible vencer el c\u00e1ncer, ser\u00eda el mercado m\u00e1s grande del mundo. Recuerda, ante el c\u00e1ncer, todos los humanos son iguales<\/strong>. Casi no hay otro producto, aparte de las balas, que acabe con toda la gente equitativamente\u00bb, explic\u00f3.<\/span><\/p>\n\u00abDe pronto, hab\u00eda una oportunidad de hacer mucho dinero\u00bb.<\/span><\/p>\nCuando la familia Lacks se dio cuenta de lo que estaban haciendo con las c\u00e9lulas de su madre, decidi\u00f3 consultar abogados para averiguar si ten\u00edan derecho a recibir dinero de la industria de biotecnolog\u00eda.<\/span><\/p>\n\u00abInvestigu\u00e9 y me enter\u00e9 de que las hab\u00edan vendido a todas partes y quise saber qui\u00e9n se hab\u00eda enriquecido con las c\u00e9lulas de mi mam\u00e1\u00bb,<\/strong> explic\u00f3 David Lacks Jnr.<\/span><\/p>\n\u00abEstaba enojado\u00bb.<\/span><\/p>\nInvoluntaria pero inmensa<\/span><\/h2>\nDerechos de autor de la imagen<\/span>EMW<\/span><\/span>Image caption<\/span>Se\u00f1al contando la historia de Henrietta Lacks plantada cerca de donde naci\u00f3 y donde est\u00e1 enterrada.<\/span><\/span><\/figcaption><\/figure>\nLa familia de Henrietta no tuvo suerte en lo que concierne a una compensaci\u00f3n: su madre hab\u00eda muerto hac\u00eda demasiado tiempo.<\/span><\/p>\nPero siguieron luchando por el control de las c\u00e9lulas y libraron una campa\u00f1a para que se reconociera la contribuci\u00f3n de Henrietta a la investigaci\u00f3n m\u00e9dica.<\/span><\/p>\n\u00abAunque fue una contribuci\u00f3n involuntaria, ha sido enorme\u00bb, subraya John Burn.<\/span><\/p>\n\u00abLas c\u00e9lulas que le quitaron la vida han sido la base de decenas de miles de estudios m\u00e9dicos en todo el mundo y sobre todos los aspectos de la ciencia biol\u00f3gica<\/strong>\u00ab.<\/span><\/p>\n\u00abFue un elemento crucial en el desarrollo de la ciencia biol\u00f3gica del siglo XX\u00bb, declara el experto en Gen\u00e9tica.<\/span><\/p>\nComo resultado de la campa\u00f1a de su familia, Henrietta Lacks <\/strong>se convirti\u00f3 en una hero\u00edna cient\u00edfica<\/strong>.<\/span><\/p>\nY en agosto 2013, a la familia Lacks se le confiri\u00f3 un poco de control sobre el acceso de los cient\u00edficos al c\u00f3digo de ADN de las c\u00e9lulas de Henrietta Lacks.<\/span><\/p>\n