1.0DoctorDir.comhttps://doctordir.comOmarhttps://doctordir.com/author/ventas/¡Cuidado! al hacer abdominales • DoctorDir.comrich600338<blockquote class="wp-embedded-content" data-secret="n1Ej0x2fiN"><a href="https://doctordir.com/cuidado-al-hacer-abdominales/">¡Cuidado! al hacer abdominales</a></blockquote><iframe sandbox="allow-scripts" security="restricted" src="https://doctordir.com/cuidado-al-hacer-abdominales/embed/#?secret=n1Ej0x2fiN" width="600" height="338" title="«¡Cuidado! al hacer abdominales» — DoctorDir.com" data-secret="n1Ej0x2fiN" frameborder="0" marginwidth="0" marginheight="0" scrolling="no" class="wp-embedded-content"></iframe><script type="text/javascript"> /* <![CDATA[ */ /*! This file is auto-generated */ !function(d,l){"use strict";l.querySelector&&d.addEventListener&&"undefined"!=typeof URL&&(d.wp=d.wp||{},d.wp.receiveEmbedMessage||(d.wp.receiveEmbedMessage=function(e){var t=e.data;if((t||t.secret||t.message||t.value)&&!/[^a-zA-Z0-9]/.test(t.secret)){for(var s,r,n,a=l.querySelectorAll('iframe[data-secret="'+t.secret+'"]'),o=l.querySelectorAll('blockquote[data-secret="'+t.secret+'"]'),c=new RegExp("^https?:$","i"),i=0;i<o.length;i++)o[i].style.display="none";for(i=0;i<a.length;i++)s=a[i],e.source===s.contentWindow&&(s.removeAttribute("style"),"height"===t.message?(1e3<(r=parseInt(t.value,10))?r=1e3:~~r<200&&(r=200),s.height=r):"link"===t.message&&(r=new URL(s.getAttribute("src")),n=new URL(t.value),c.test(n.protocol))&&n.host===r.host&&l.activeElement===s&&(d.top.location.href=t.value))}},d.addEventListener("message",d.wp.receiveEmbedMessage,!1),l.addEventListener("DOMContentLoaded",function(){for(var e,t,s=l.querySelectorAll("iframe.wp-embedded-content"),r=0;r<s.length;r++)(t=(e=s[r]).getAttribute("data-secret"))||(t=Math.random().toString(36).substring(2,12),e.src+="#?secret="+t,e.setAttribute("data-secret",t)),e.contentWindow.postMessage({message:"ready",secret:t},"*")},!1)))}(window,document); /* ]]> */ </script> https://doctordir.com/wp-content/uploads/2016/03/Abdominales.jpg672475Stuart McGill, profesor de biomecánica de la columna vertebral en la Universidad de Waterloo en Canadá, ha estado estudiando los tradicionales ejercicios abdominales durante años y está convencido de que ciertamente nos hacen daño. Utilizando cadáveres de cerdo, McGill ha llevado a cabo decenas de estudios en su laboratorio, flexionando sus columnas repetidamente como lo haría una persona al hacer abdominales durante muchas horas. Cuando, posteriormente, examinó los discos de la columna encontró que estaban comprimidos a tal punto que presentaban protuberancias. Si lo mismo pasara en un ser humano, eso causaría presión sobre los nervios, provocando dolor de espalda e incluso una hernia discal. Los cerdos fueron escogidos para el experimento porque sus columnas son más parecidas a las nuestras que las de muchos otros animales. Sin embargo los críticos de esos estudios señalan que, a pesar de las similitudes, siguen existiendo muchas diferencias anatómicas entre humanos y cerdos. Además, esos estudios incluyeron miles de ciclos continuos de flexiones y, aunque se entrene duro, las personas se toman descansos entre cada serie de abdominales.Quizás esos resultados nos dicen lo que podría suceder en el caso extremo y poco probable de hacer abdominales hora tras hora, pero en la vida....